Es la primera canción que mi madre me enseñó a tocar al piano con una sola mano, y su soniquete me venía todo el rato a la memoria mientras tejía este magnífico patrón de Havva Ünlu para enviarlo a otro continente en busca de mi nieta Olivia. Bueno lo he modificado un poco porque de lo contrario no sería yo. Y, si me lo permitís, le voy a enseñar a su dueña la muñeca porque el paquete está tardando mucho en llegar:
Mira Olivia: Primero estaba ya repeinada, con una coleta más alta que otra, porque ella se las había hecho sola esa mañana, y estaba completamente desnuda buscando sus braguitas.
Como ya se ve, ¡las encontró! Para que le fuera más fácil subirlas y bajarlas tenía lazos como los bikinis (porque la diseñadora se las había cosido a la piel y eso causa pupa y además ¿para qué quería tener un culito tan guay si no podía enseñarlo?)
Cucha Olivia, también le puso tu Yaya un lazo rosa a las braguitas porque a ti te encanta el rosa y si te llega una amigurumi jardinera que no tiene nada rosa igual te enfurruñas y le sacas un ojo. Claro que estos ojos están bordados y sus pupilas son difíciles de sacar porque para eso se llaman «de seguridad».
Su camiseta roja también se puede abrochar y desabrochar, ¡con lo que te gusta a ti un botón!
Pues más botones, ¿ves? Le puse los botones de flores que tanto te gustan, parecen caramelos pero no dejes que tu hermana Julieta intente chuparlos ¿eh? Le he hecho bolsillos para que pueda meter las manos, calcetines a juego como los lazos del pelo y esa jardinerita, también rosa pero más fuerte. Aunque parezca roja como la camiseta, no lo es. Y sólo me queda enseñarte la flor, que la hice a dos colores, el blanco que me gusta a mí y tu rosa, Olivia. Y tendremos tu Muñeca Jardinera terminada. ¿Me mandarás una foto con ella cuando te llegue?… Besos. La Yaya.
♫♪ Tres hojitas, tiene verdes, y las demás encarnadas./Por eso vengo a decirte, ¡ Ay ! chiquilla de mi alma. ♫♪