En un lugar de la Mancha…

Cosas imposibles pido,/Pues volver el tiempo a ser/Después que una vez ha sido,/No hay en la tierra poder/Que ha tanto se haya extendido./… Ya por aquestos reinos se empiezan a dispersar nuestros amigurumis. Que Quijote y Sancho se van de trotamundos, de titirimundis, pues esta parejita me la han pedido para una función de teatro infantil…

Como no tenía un molino a mano, llevan un molinillo de viento, y a falta de espada de Toledo, que ya se sabe que hoy en día no se juega con espadas, les acompaña una baraja de cartas en la que Dulcinea es la reina, Sancho la sota y Don Quijote el rey.

Y hablando de Dulcinea  Carmen Tuti tuvo la genial idea de convertir a la Manchega de Sueños Blanditos en la muy amada doncella de nuestro Hidalgo aventurero:

Y así discurría la vida de nuestros héroes castellanos por tierras del norte, por Castilla La Vieja:

Cuatro días estuvo Don Quijote regaladísimo en la casa de Doña Carmen, al cabo de los cuales le pidió licencia para partir, que marchaba a tierras de más allá de Zaragoza, buscando el manantial de las siete lagunas del que tenía noticia. Y quedó asombrado de las maravillas que encontró en la Villa Rose en ocasión de llevarlo de mercados junto a su fiel Sancho. «¡Viven los cielos! -exclamó Don Quijote- ¿es eso un molino manchego acá por estos lares?…«

Gracias por vuestras fotos, gracias por permitirme seguir el periplo de nuestros aventureros. Ya sabéis que con el patrón de Don Quijote regalamos el de Sancho en PDF. ¡Todo esto me parece de perlas!, diría él…

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