Encontré un montón de madejas de trapillo estrechito, de muchos colores, entremezclado con finos hilos dorados y en plata. Algunas también venían entreveradas de lentejuelas. Verlas allí tintineando entre lanas gordotas de puro invierno con sus tonos apagados y tristones, me obligó a llevármelas; al menos una de cada, pensé. Y una vez en casa imaginé para ellas monstruos estelares, robots, galaxias y nubes. ¡Nubes! ¿Qué mayor galaxia o empresa estelar que el cielo? Estaba claro, el destino de mis madejas era un ángel. Y aquí os presento un Ángel Campana con Tulipán, ideal para culminar el árbol o brillar entre las luces de vuestra Navidad.
Ya sé que no se ven las deslumbrantes y cegadoras partículas microscópicas de brillo total (¡peazzo frase!) porque las fotos son un desastre y no reflejan la realidad. Pero en verdad ahí están y son ellas las que lo convierten en un amigurumi muy especial.
Es una campana completa. Y no lleva relleno por dentro de la falda. Las piernas serían sus largos badajos. Espera, que te lo muestro con una foto del proceso de conversión de campana en ángel:
Pero lo que más me ha divertido tejer han sido las alas. Esas alas son una pitucada y bastante fáciles de hacer. Mañana os pongo el patrón. Pero ahora échales un vistazo:
Cucha, ahí sí destacan algunos brillos, sobre todo en el pelo. Ah, igual en las fotos parciales del patrón salen mejor. Pronto lo vemos. ¿Os gusta mi ángel campana?…