La Rana Bizca y el Sapo con Alma
Y en efecto, como en aquella canción infantil, los bichos se van sumando a la llamada del otro, pero en este caso son todo batracios. Cuando nuestra Rana Bizca le echó un ojo a Yako, el Sapo Marciano, se sintió presa de la emoción y tuvo que venir a compartir el mismo blog del país Galamigurumis. Aquí se encontró con el Mordedor Sapo de Madera pero eso de que no tuviera extremidades superiores con las que impulsarse en su salto por la charca no le conmovía demasiado. Y en esto que apareció el Sapo Príncipe reclamando sus ancas de diosa de las aguas estancadas. «Dado que no puedo conseguir que una humana me bese, bien está esta compañera verde», se decía el muy ladino. Pero he aquí que agazapado entre los matorrales surgió otro vástago imperial, encantado probablemente por la misma bruja republicana que la tiene tomada con las casas reales, y nuestra rana tuvo que debatirse entre los dos. ¿A cual elegiría?…
Que no os engañe el sapo colorido de ojos y patas anaranjados, casi rojos. Parece pequeño pero es matón. Es un regalo que nos hace Alma Sentís, que se conmovió cuando nos prohibieron publicar el patrón del Príncipe Sapo ruso y se dijo, ah no, yo haré un rey de los batracios que cabalgue sobre los nenúfares, ¡como está mandado! Y hasta aquí vino, mira por dónde tan oportuno, para enamorar a nuestra Rana Bizca.
Ella, la Rana Bizca, es de Bárbara Benítez y croa que no veas entre los más pequeños de la casa. Los dos son muy rapiditos y fáciles de hacer. Los PATRONES están, como siempre, dándole a la tecla “Leer Más”. … La suegra al hombre, el hombre al agua, el agua al fuego, el fuego al palo, El palo al perro, el perro al gato, el gato al ratón, el ratón a la araña, La araña a la mosca, la mosca a la rana, Que estaba sentada cantando debajo del agua Cuando la suegra salió a cantar, ni el mismo diablo la pudo callar.